Por Ken Dilanian y Laura Strickler — NBC News
El expresidente Donald Trump ha hecho del tema de la delincuencia una piedra angular de su campaña. El republicano aseguró que la violencia en Estados Unidos está fuera de control y va en aumento.
“No puedes cruzar la calle para comprar una barra de pan. Te disparan, te atracan, te violan”, contó recientemente también candidato presidencial en un acto de campaña al norte de Detroit.
Pero varios años de datos nacionales mostraron lo contrario: La delincuencia está disminuyendo en ciudades y pueblos de todo Estados Unidos. Nuestra cadena hermana NBC News pasó recientemente un día con la policía de Detroit, que contradijo la descripción que hace Trump de su ciudad.
“Eso simplemente no es cierto”, precisó el jefe de la policía de Detroit, James White. “Lo invito a caminar por las calles de Detroit, y estaría más que feliz de hacerlo con él y mostrarle cómo está funcionando la ciudad”.
Detroit ha experimentado una caída dramática en asesinatos, tiroteos y otros delitos violentos en los últimos años, según estadísticas estatales y federales de la ciudad. Después de aumentar durante la pandemia, las tasas de delitos violentos ha vuelto a caer a donde estaba en 2019, según muestran las cifras, dramáticamente más bajas de lo que eran hace 10 y 20 años. Detroit tuvo 252 homicidios el año pasado, la cifra más baja desde 1966.
Durante décadas, el asesinato ha disminuido abruptamente en todo el país. En la ciudad de Nueva York hubo 386 asesinatos el año pasado, por debajo de los 2,605 de 1990, según el Departamento de Policía de Nueva York.
Las estadísticas de criminalidad del FBI mostraron un descenso de los delitos violentos en todo Estados Unidos en los dos últimos años, y otros datos sugirieron que siguió bajando en el primer semestre de este año. El mes pasado, las nuevas cifras del FBI mostraron que los asesinatos disminuyeron un 11.6% en 2023, la mayor caída registrada en un solo año.
“No creo que haya un jefe [de policía] en Estados Unidos que te diga, todos podemos irnos a casa ahora, el crimen ha terminado en nuestras comunidades”, dijo White. “Pero si comparamos dónde estamos hoy, dónde estábamos ayer y dónde estábamos el año pasado, y desde luego dónde estábamos durante la pandemia, hemos reducido la delincuencia en la ciudad de Detroit”.
Detroit ha sido durante mucho tiempo una de las grandes ciudades más castigadas por la delincuencia de Estados Unidos y, a juzgar por el volumen de violencia, sigue siéndolo. Pero los tiroteos no mortales descendieron un 18% el año pasado, según la ciudad, y los robos de coches se redujeron en un tercio.
Detroit ha tomado una serie de medidas singulares que, según la policía, han disuadido la delincuencia, como facilitar la instalación de cámaras en más de 1,000 gasolineras y otros comercios de barrios con altos índices de delincuencia. Las cámaras son supervisadas por agentes que vigilan un banco de pantallas en un centro neurálgico de la jefatura en el centro de la ciudad.
Pero el aumento pandémico de la delincuencia está retrocediendo en todo Estados Unidos.
Los datos del FBI publicados el mes pasado muestran que los delitos violentos descendieron a nivel nacional en 2023 por segundo año consecutivo, y otras estadísticas sobre delincuencia respaldan esa conclusión. Un estudio del Departamento de Justicia sobre 88 ciudades mostró un descenso del 16,9% en los asesinatos en el primer semestre de este año, en camino de otra caída récord.
Sin embargo, las encuestas indicaron que una gran mayoría de estadounidenses –el 77%, según un sondeo reciente— cree que la delincuencia sigue aumentando.
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Los criminólogos afirmaron que las noticias locales y las redes sociales están alimentando esa percepción errónea. Pero Trump y sus aliados también han manipulado las estadísticas y han dicho falsamente a sus partidarios que los datos de delincuencia del FBI no son creíbles.
“Estaban defraudando declaraciones”, mencionó Trump durante el debate presidencial de septiembre. “No incluyeron las ciudades con los peores crímenes. Era un fraude”.
Eso es falso: las últimas cifras anuales del FBI cubrían el 94% de la población estadounidense, incluidas todas las ciudades de más de un millón de habitantes.
Trump y otros que tratan de poner en duda los datos se han aprovechado del hecho de que la medición de la delincuencia es una ciencia compleja e inexacta, y no todas las fuentes de datos son consistentes.
Para complicar aún más el panorama, el FBI durante la Administración Trump introdujo un cambio en la forma en que recopila los datos de delincuencia de las ciudades, y varias grandes ciudades no se incluyeron en las cifras anuales de 2021, cuando se implementó el cambio.
Pero para 2022, el FBI resolvió su problema de omisión de datos al permitir que las ciudades que estaban teniendo problemas para cambiar al nuevo sistema presentaran números bajo el viejo sistema.
Los escépticos de los datos sobre delincuencia también han atribuido el descenso de las cifras a “fiscales despiertos” que no presentan cargos. Esto también es erróneo: los datos sobre delincuencia del FBI se basan en los delitos denunciados a la policía, y no tienen nada que ver con si esos delitos han sido o no perseguidos.
Los que dudan también citan la encuesta anual del Departamento de Justicia sobre víctimas de delitos, que –a diferencia de los datos del FBI— trata de contabilizar tanto los delitos denunciados como los no denunciados entrevistando a las personas en persona y preguntándoles si han sido víctimas en los últimos seis meses.
A diferencia de los datos del FBI, según los cuales la delincuencia había disminuido, la encuesta a las víctimas más reciente reveló que los delitos violentos se mantuvieron estables en 2023 en comparación con 2022.
Durante la pandemia, en 2020 y 2021, la encuesta a las víctimas arrojó un resultado extraño que contradecía los datos del FBI: constató que los índices de delitos violentos estaban descendiendo. El FBI había descubierto que durante esos dos años los delitos violentos estaban aumentando y que los asesinatos, que la encuesta a las víctimas no mide, se estaban disparando, para caer en picado en los años siguientes.
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Algunos expertos aseguraron que los resultados de la encuesta a las víctimas para esos años pueden ser sospechosos, ya que no reflejan los aumentos observados en los datos del FBI. Pero Trump utiliza estas bajas cifras de las encuestas a las víctimas de 2020 y 2021, a pesar de las dudas que suscitan, para argumentar que los delitos violentos se han disparado significativamente durante la Administración Biden-Harris.
Trump y sus aliados han ignorado el hecho de que los datos de la encuesta de víctimas, en consonancia con los datos del FBI, han encontrado que las tasas generales de delincuencia han vuelto a caer a los niveles históricamente bajos que habían alcanzado en 2019.
“Los hallazgos muestran que hubo una disminución general en la tasa de victimización violenta en las últimas tres décadas, desde 1993 hasta 2023”, afirmó Kevin Scott, director interino de la Oficina de Estadísticas de Justicia, en un comunicado, y agregó que la tasa “no fue estadísticamente diferente de la tasa de hace 5 años, en 2019”.
Jeff Asher es un exanalista de la CIA que estudia los datos de delincuencia y recientemente lanzó el Índice de Delincuencia en Tiempo Real, una herramienta web que agregará datos mensuales de delincuencia de 500 a 1,000 departamentos de policía locales para visualizar las tendencias de delincuencia a nivel nacional.
“Es probable que la tasa de delitos violentos haya estado más o menos igualada en 2023 en comparación con 2019 y es probable que sea más baja en 2024”, aseguró a NBC News.
Su índice encontró que los asesinatos en 277 ciudades principales cayeron un 16.7% en lo que va del año en comparación con 2023.
El criminólogo Alex Piquero, de la Universidad de Miami, dijo que el índice de Asher es una de las cinco fuentes creíbles de datos sobre la delincuencia, incluida la encuesta a las víctimas, las cifras del FBI, el rastreador de delitos en vivo de la Universidad de Chicago y la Asociación de Jefes (de Policía) de las Principales Ciudades. Todos muestran que la delincuencia ha vuelto a los niveles anteriores a la pandemia.
“En su mayor parte, todos cuentan la misma historia”, afirmó. “La delincuencia ha bajado”.
Pero los habitantes de Estados Unidos siguen sufriendo niveles de violencia armada muy superiores a los de cualquier otro país del mundo industrializado. Y para las familias cuyas vidas se han visto destrozadas por esa violencia, las estadísticas carecen de sentido.
Jordan Thornhill, que creció en un verde suburbio al norte de Detroit, se había graduado recientemente en la Universidad Estatal de Michigan y asistía a una fiesta en la ciudad el 5 de julio. Estaba hablando por teléfono con su hermano cuando sonaron los disparos y se quedó en silencio. Más tarde, su hermano encontró su cadáver. La policía investiga si fue alcanzado por los disparos de la celebración.
“He perdido a mi hijo. ¿Por qué? ¿Por qué sucedió?”, declaró Venecca Thornhill a NBC News, en medio del llanto y sentada junto a su marido, Andre Thornhill. “Jordan debería haber podido volver a casa esa noche con su hermano, como estaba previsto, pero no lo consiguió”.
Andre Thornhill aseveró que entiende que la delincuencia haya bajado. Pero que eso no hace que su dolor sea menos agudo.
“Ahora formamos parte de un club al que no nos apuntamos, pero ahora tenemos que aceptarlo”, mencionó, “y hemos empezado a forjar amistades con familiares de otras víctimas, para intentar darles algo de apoyo y que ellos intenten también darnos”.
La Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) anunció una recompensa de 25,000 dólares por información que ayude a la agencia a resolver el asesinato de Jordan Thornhill.
“Es desgarrador”, comentó White, el jefe de policía. “Lo que le ocurrió a Jordan Thornhill es trágico, y Jordan Thornhill representa a todos los jóvenes de la ciudad. Es un joven que hizo exactamente lo que uno querría que hiciera un joven: se graduó en la Universidad Estatal de Michigan. Sus padres son cariñosos y comprensivos, una verdadera y hermosa familia estadounidense de nuestra ciudad”.
Y añadió: “Vamos a seguir ampliando lo que ha funcionado, pero tampoco vamos a darnos palmaditas en la espalda. Tenemos mucha delincuencia en nuestra ciudad, mucha delincuencia violenta, y tenemos mucha gente que utiliza las armas para resolver disputas relativamente sencillas”.
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